31 de diciembre de 2010

I seek freedom.

El cielo oscuro entra por la ventana rodeándome. Me detengo a unos pasos de él, me quedo atrapada en esa incertidumbre entre el día y la noche. La música continúa su apasionada revolución a mi alrededor y dentro llevo a un chica deseosa de ceder a su ciego compás...deseosa de bailar, salvaje y libre, por toda la estancia que no para de retumbar, pero por desgracia esa chica está en mi interior, no soy yo. Yo quisiera un manto invisible para salir de este lío de una maldita vez.

8 de diciembre de 2010

Nunca se sacia.

 He dejado de comprender a esa clase de personas que inventan sus problemas.Lejos de disfrutar los pocos momentos en los cuales se podría decir que todo nos va bien, ellas lo estropean tratando de encontrar un inconveniente que ni siquiera existe.
 Hace mucho conocí a una chica, nada fuera de lo normal, yo diría que su mayor cualidad era ser feliz, o por lo menos intentarlo. Ella siempre trataba de ayudar a sus amigos, te puedo asegurar que sus consejos eran únicos, sin embargo hay una persona a la cual no supo ayudar, a pesar de conocerla como la mejor, de saber su vida entera, de saber al dedillo sus secretos y pensamientos, ella, no era capaz de ayudarse con su propio problema.
 Una vez me sorprendió de tal manera, de su corazón surgieron estas palabras colmadas de drama- Por favor, ¡ayúdame! Estoy desesperada, eres la única que me conoce de veras, no sé si te sorprenderá pero, únicamente te he pedido consejo a ti, porque solo en ti confío. Estoy segura de que ya estarás al tanto de mi problema, no sé qué hacer, ¿cómo lo puedo solucionar?- ¿cómo creen que reaccioné ante esto? ¡Ni si quiera me había planteado un problema y ya me exigía una solución! Como buena amiga que soy, me puse a pensar, le di mil vueltas, y, señores, no sé ustedes pero solo una conclusión extraje: el único problema era la inexistencia de algún problema.
 Me quedé perpleja, esta persona que durante años había logrado calmar tantas mentes y arreglar tantas complicaciones, se hallaba encerrada en un callejón sin salida.

2 de diciembre de 2010

OBMIL

Cuando ya me hallaba en el Limbo, a un nivel de ascender con las esponjas flotantes, me cortaste las alas, borraste las estrellas que me guiaban e hiciste que descendiera de nuevo al bendito Infierno. Me pregunto por qué, ¿entregué lo innecesario o fue más bien que desvelé  demasiado? No sé sinceramente, creo no tener la culpa, hice lo que sentía, cuando lo sentía y porque lo sentía.