14 de abril de 2013

Rutina mental...

Yo ya no logro entender lo que pretendo conseguir con esto, he llegado al límite, a ese límite que todos sabemos que existe, al cual nos da miedo llegar pero que sin embargo sabemos que está ahí y que algún día nos tocará sobrepasar. Pienso de verdad que lo he alcanzado demasiadas veces y me noto confundida. ¿Y si no es un límite? ¿y si mi límite está por encima del de todos los demás? a lo mejor ni si quiera tengo uno y a mi cabeza le da igual lo que haga o no. Pero eso no puede ser así, tengo que tenerlo, de lo contrario no estaría escribiendo sobre límites.
No se por qué me pasa esto, se que "está mal", dentro de lo a que mi cabeza le ha dado la gana de interpretar por maldad, no lo debería hacer pero hay algo en mi que me lleva a hacerlo. Igual lo que no tengo es límite de maldad, a lo mejor me gusta lo malo y es esa la explicación, una fácil solución a todo este problema, demasiado fácil. Pero y por qué no, no siempre detrás de una pregunta se encuentra una respuesta enrevesada e encrucijada . Además, no es tan fácil, porque si no tengo límites de eso, podría hacer cualquier cosa, y yo no querría, porque yo sí tengo límites de culpabilidad, no podría vivir siempre pensando en esa cosa que hice que no debería haber echo, aunque me gustase hacerlo y hubiera disfrutado como nunca, y me encantara volver a repetirlo, y que fuese más real y... Se me ha ido de las manos.
Puede que no sea mía toda la culpa, eso es, no tiene por qué ser mi responsabilidad. No es muy maduro atribuirla a otra persona (podríamos pensar) pero si el otro sujeto tuviera ciertamente ese límite del que hablamos, no habría sucedido nada de lo que de echo ha ocurrido.
Ciertamente esto no resuelve mi problema, yo me sigo sintiendo igual que hace cinco minutos, y la pregunta que no quiero que me ronde no para de sobrevolar mi cabeza.